“[La Iglesia] irrumpe a favor de
la revolución […] Podemos decir que nos apoya, que nuestra experiencia con ella
es altamente positiva. Hemos penetrado en ella, del mismo modo que hombres de
allí provenientes son excelentes compañeros, y, aún más, mártires nuestros,
como Indalecio Olivera” (Comunicado V del MLN-T, 1971)
Infiltrar y –a la
postre- destruir a la Iglesia Católica ha sido el propósito de sus enemigos
desde siempre. La aparición de la masonería a finales del Medioevo respondió a
ese motivo.
En esta ocasión,
nos encargaremos sumariamente de describir, a través de ejemplos, la infiltración
marxista en la Iglesia uruguaya acaecida en el pasado siglo, durante la
subversión de finales de los sesenta y principios de los setenta.