Los marxistas, con
la complicidad de la masonería, recordarán el 20 de mayo –dos días después- a
los “desaparecidos”. Genial maniobra psicopolítica en la que caen buenos
orientales, muchísimos yoruguas y los
iniciados en el rito demoliberal, por antonomasia mentecatos o “vivos”
inservibles.
Con ello, se traslada
el centro de la atención a la mentira de los “desaparecidos”, falseándose sustancialmente
lo ocurrido, tirándose a la marchanta, verbigracia, el 18 de mayo.
Los revolucionarios
han ganado la guerra psicopolítica. Los militares no escucharon en su momento el
clamor de ilustres civiles y están pagando, crudamente, con su honor, las
consecuencias.
Esta es la crónica
de aquel 18 de mayo de 1972:

Varios integrantes del MLN-T secuestran a un policía,
que logra huir del automóvil en que lo llevan cautivo, hiriéndolo en un brazo.
Arrojan bombas molotov contra cinco domicilios
particulares.
Las FFCC interceptan contactos entre diversas células
del MLN-T.
Es descubierto un escondrijo subteráneo en la finca de
la calle Mariano Moreno 2916 de Montevideo, se detiene a un sedicioso y se
incauta gran cantidad de armas cortas y largas.”
Nos encantaría que
algún honorable Diputado o Senador lea esta crónica, la medite, y salga a decir
la verdad histórica. Que subraye lo ocurrido el 18 de mayo de 1972 y que desprecie
la marcha de los “desaparecidos” del próximo 20.
Nos encantaría, a
la vez, no ver a la antinacional Argimón con cara de compungida el 20 de mayo.
Pero se nos antoja imposible.