
Pero no: hablaba en
serio.
Con sus
populacheras mangas de camisa, su termo y su mate, y su lamentable retórica, el
orate leyó un panfleto de los tupamaros -¡hoy, plano siglo veintiuno!-
conmemorando la muerte de aquél enfermo, corrupto y padre de corruptos, “Bebe”
Sendic.
El caso haría las
delicias de algún psicólogo freudiano. ¿Se puede estar tan desorbitado? “Seguimos teniendo en frente al
imperialismo, a la rosca bancaria y a las empresas transnacionales”, sentenció
Daniel el Travieso, pichón de mujicas y de huidobros, rancios personajes, si
los hay. ¿No se enteró que el Frente Amplio –que él integra- estuvo quince años
en el poder, y que hizo todo lo contrario? El Frente rojo se refociló con el
imperialismo, la “rosca bancaria” y las empresas transnacionales. Piénsese en
la bancarización forzosa, en la extranjerización de la tierra, en la firma con
la transnacionalísima UPM, entre otros muchos ejemplos.
¿De qué combate
hablás, Danielito?
“La soberanía nacional, la tierra, la deuda, la banca
[…]” siguió vociferando
el Travieso, sin que se le moviera un pelo…