Por BRUNO ACOSTA
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El Dr. Carlos Ibarguren |
Con motivo de la silenciada pretensión de Miguel
Sanguinetti Gallinal, Presidente de la Federación Rural, en junio de 2018, de
impulsar la creación del Consejo de Economía Nacional. Pretensión que
saludamos.
En
la segunda entrega de este ensayo se historió brevemente el origen de la
torcida pretensión de que la única representación política posible es la basada
en los partidos políticos. Se sostuvo, a grandes rasgos, que el origen está en
la Revolución francesa, y se indicó las lamentables consecuencias que ese
ejemplo tuvo para la representación política en las naciones.
Tan
grande desacierto en cuanto a la representación política en particular y a la
política en general –el arte de gobierno de la comunidad- no pudo quedar
impune. En esta tercera entrega se recogerá el testimonio angustioso del
desgobierno que en los años sucesivos las patrias padecieron: en particular, en
la pasada centuria, en el período de entreguerras.
En
un revelador estudio, hoy un incunable, ‘’La Inquietud de Esta Hora’’ (1934),
el fino intelectual argentino, Dr. Carlos Ibarguren, ponía en evidencia la
crisis del sistema demoliberal acaecida, ante todo, por la malsana representación
política en base a los partidos. Considere el lector, atentamente, los
testimonios vertidos:
‘’En
los primeros meses del año pasado, la crisis de la democracia individualista y
del parlamento se agravó considerablemente en Francia. ‘¡Desorden!, ¡Desorden!
–escribía Latzarus, en la ‘Revue Hebdomadaire’, del 18 de febrero de 1933- una
Cámara renovada será tan impotente como la que vemos ahora, a menos de cambiar
de métodos, lo que equivale a cambiar de régimen. El elector protesta, no tiene
razón porque tiene con justicia los diputados que ha deseado. El interés general no es su ocupación,
ellos han ido a la Cámara a satisfacer sus intereses particulares. Toda la
política reposa en el cálculo del número. ¿Dónde está el gobierno que nos
librará de la tiranía electoral?’. René Pinon, en la ‘Revue des Deux Mondes´,
del 1 de febrero de 1933, expresa que ‘se aproxima la hora en que será
necesario elegir entre una reforma profunda del régimen político o la ruina de
todo lo que Francia representa en el mundo como potencia material, grandeza
moral e idealismo activos’ ‘’.
‘’El
estado político de la Gran Bretaña sufre el mismo mal que hoy destruye a la
democracia en el mundo. El ilustre estadista británico, ex primer ministro del
Imperio, Stanley Baldwin, escribió en abril de 1933 en la ´Revue Mondiale´ un
artítulo titulado ´El porvenir de la democracia´ y dice: ´Hoy los amigos y los enemigos
del gobierno popular (se refiere al basado en el régimen demoliberal del
sufragio universal) dudan igualmente de su porvenir. Ha perdido terreno en
tantos países que el repudio del actual estado de cosas es general; pero
solamente en los países democráticos la crítica se hace oír fuertemente´.
Bladwin, ante la terrible crisis política, se inclina por una nueva forma de
democracia que repose en las agrupaciones, en las corporaciones.”
“Bernard
Shaw en artículos recientes muy comentados fulmina a la democracia del sufragio
universal, al electoralismo, a la demagogia que ella engendra. ´Es sin el Parlamento –dice- donde
tendremos que encontrar a nuestros futuros gobiernos´, y aboga por una
nueva organización política, bajo un poder fuerte en un Estado corporativo, en
el que impere el ´voto por ocupaciones´, o sea, el de cada corporación.”
“Sería
interminable – culmina el Dr. Ibarguren-
la compilación de los hechos, de los juicios y de los estudios que
comprueban la bancarrota de la democracia liberal, emitidos por pensadores,
profesores, estadistas y políticos de todos los países del mundo y de las más
diversas tendencias. Cuando un fenómeno es sentido y reconocido con tal
unanimidad está fuera de toda discusión. Es la evidencia misma.”
No
es sorprendente, así, que ante semejante estado de cosas, el 6 de febrero de 1933, se produjera en
Francia una enorme y violenta protesta que tomó por asalto la institución
paradigmática del régimen: el Parlamento. Siguiendo esta línea, menos
sorprendente resulta verificar que, largo tiempo después, el 1 de diciembre de
2018, los “chalecos amarillos”, en Francia, realizaran similar manifestación…
Tanto
los planteos doctrinales como las espontáneas protestas han sido desoídas: ha primado el sectario dogma del
parlamentarismo. Los pueblos no descasarán
hasta deshacerse de él y obtener, por fin, una política sana, al amparo de un
régimen que asegure su representación real y eficiente.
Primera parte – Segunda Parte – Tercera Parte – Cuarta Parte
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