miércoles, 15 de julio de 2020

ESPIRITUALIDAD: LA EUTRAPELIA EN LOS EVANGELIOS (I de II)


“Vivamos la milicia del cristianismo con buen humor
de guerrillero, no con hosquedad de guarnición sitiada”.
Nicolás Gómez Dávila

Introducción

Por el Bautismo se nos infunden en el alma – en estado germinal, de semilla – la gracia santificante, las virtudes sobrenaturales teologales: fe, esperanza y caridad; las virtudes sobrenaturales morales cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza; y los siete dones del Espíritu Santo: sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, piedad, fortaleza y temor de Dios. Este “organismo sobrenatural” es robustecido por el Sacramento de la Confirmación por el que, formalmente, el Espíritu Santo nos hace soldados de Cristo Rey en la Iglesia militante.



De las virtudes morales cardinales dependen muchas otras virtudes morales siendo las primeras como la bisagra, el quicio – cardinal, viene de cardo en latín que significa eso – de donde se “sostienen” como una puerta para permanecer levantada y derecha.

El caso de la virtud moral de la eutrapelia y su definición

La eutrapelia (del griego ετραπελα eutrapelía 'broma amable')
es una virtud que depende, que tiene su bisagra, su cardo, en la virtud cardinal de la templanza.

Definición de la templanza

Virtud sobrenatural que modera la inclinación a los placeres sensibles,
conteniéndola dentro de los límites de la razón iluminada por la fe.

En las partes potenciales de la templanza, la eutrapelia está incluida en la modestia.

Definición de la modestia

Virtud que inclina al hombre a comportarse en los movimientos internos y externos y en el aparato exterior de sus cosas dentro de los justos límites que corresponden a su estado, ingenio y fortuna.

Definición de la eutrapelia

Dentro de la modestia la eutrapelia es una virtud que tiene por objeto regular,
según el recto orden de la razón, el descanso, los juegos (lo lúdico),
los deportes, las diversiones, las fiestas, el humor.

Vicios opuestos a la eutrapelia

Los vicios opuestos a la eutrapelia son: por exceso: la bomología; por defecto: la agroikía.

La bomología

El bomólogo: de bômolochus (griego antiguo: βωμολόχος) en el teatro de la antigua Grecia fue uno de los tres personajes comunes de la comedia, correspondiente al bufón inglés. El bômolochus está marcado por su ingenio, su crudeza del lenguaje y su frecuente discurso de audiencia no ilusorio.

En el bomólogo nada ni nadie es ahorrado para alimentar su excesivo y desordenado deseo de divertirse y provocar la risa. Así, puede haber grave exceso por falta de las debidas circunstancias, como el hacer uso de ese deseo en lugar o tiempo indebidos – como en una iglesia católica , o de forma que desdiga de la dignidad de la persona o de su profesión. En castellano existe la voz «truhán» para referirse al que  se excede en la broma, y que se define como “aquél que con bufonadas, gestos, cuentos o patrañas procura divertir y hacer reír” (DRAE). Por eso San Pablo le enseña a los Efesios (5, 3 – 4): “Cuanto a la fornicación y cualquier género de impureza o avaricia, que ni siquiera pueda decirse que lo hay entre vosotros, como conviene a santos: ni palabras torpes, ni groserías, ni TRUHANERÍAS (aut SCURRILITAS), que desdicen de vosotros, sino más bien acción de gracias.” Nos parece que, Nuestro Señor, también se referiere a la bomología en las palabras en aquella sentencia: “Y yo os digo que de toda palabra ociosa que hablaren los hombres habrán de dar cuenta el día del juicio. Pues por tus palabras serás declarado justo o por tus palabras serás condenado.” (Mt. 12, 36-37)

La bomología puede ser pecado mortal cuando, por exceso de pasión, se prefiere la diversión al amor de Dios, y se violan los preceptos de Dios o de la Iglesia por no dejar de divertirse.

En el sentido lato del concepto, hay algo de bomología en el rito de la misa nueva (1969) ya que en su ofertorio se ofrecen “el pan y el vino, frutos de la tierra y del trabajo de los hombres”, en vez de ofrecer a Dios “la hostía inmaculada”, es decir, la Víctima Divina del Calvario, que en el Ofertorio es ya sacrificada en potencia pero realmente, para ser pronto Sacrificada en acto en la doble Consagración de la Misa de Siempre, de la Misa Tridentina (que tiene raíces apostólico-patrísticas). En el ofertorio nuevo está ausente la Víctima Divina que será Sacrificada como propiciación por los pecados. No se trata en él de un Sacrificio incoado sino de una inmanentista y “alegre” ofrenda humanística muy propia de la herejía modernista-protestantizante que la inspira. Por lo demás, esta falta de Dramática pero serena seriedad sagrada del nuevo rito hace que él – bomológicamente – se vea frecuentemente acompañado con cantos naturalistas al ritmo de guitarras y panderetas; más propios de una peña folclórica que del Santo Sacrificio del Calavario renovado incruentamente en el Altar que, es esencialmente la Misa Católica.

La agroikía

Al agroico, Aristóteles lo llama también duro o rústico y es aquél para quien toda diversión es inútil, y no se permite bromear bajo ningún concepto, ni tolera que los demás lo hagan en su presencia. Santo Tomás les llama «agrii», es decir, «amargos». La agroikía puede ser pecaminosa mortalmente si se transforma en una costumbre o hábito del celo amargo para defender la Verdad Católica – sobre todo en estos tiempos de crisis de la Iglesia – y que se ve – por ejemplo - en muchos sedevacantistas. El Apóstol Santiago (3, 13-18) enseña que ese “celo amargo” no posee la sabiduría  que es “de lo alto, sino terrena, animal, diabólica.”

Ahora bien, “quien combate el buen combate de la Verdad, necesita del humor como de un ingrediente imprescindible para la salvaguarda de su equilibrio intelectual, psíquico, e incluso hepático. En el buen combate es menester combatir con alegría, no con la alegría ruidosa y superficial que nace de un optimismo tan ciego como estúpido, sino aquélla otra serena y profunda, propia de quien lleva en su alma como una semilla la incoación de la gloria, la paz y el gozo de la victoria final. No basta luchar por la Verdad: hay que amarla y hacerla amar. Porque la Verdad, que es Bien y es Belleza suprema y armonía, es en sí misma e infinitamente amable.” (Padre Alberto Ezcurra)

Por eso los que saben dicen que, en toda la obra del Doctor Común de la Iglesia – Santo Tomás de Aquino – lo lúdico aparece en 173 sentencias y no es raro porque “el humor verdadero es un privilegio del pensamiento realista” (P. Ezcurra). Pensamiento realista del que el Aquinate fue un egregio representante. La palabra que emplea Tomás de Aquino para referirse al campo de ejercicio de la eutrapelia es «ludus» que se puede traducir por “diversión”, ya que se refiere no sólo a las actividades que llamamos lúdicas o deportivas, sino al ocio en general, es decir, a todo aquello que nos sirve para descansar del trabajo, desde el juego y el deporte hasta las bromas, chistes, ocurrencias y dichos ingeniosos. De aquí que también traduzca eutrapelia por «iucunditas», es decir, «buen humor» o “alegría”.

Aristóteles – en quien se basa Santo Tomás - sale al paso de quienes condenan toda actividad ociosa, señalando que, «dado que en la vida también hay descanso y en éste hay entretenimiento acompañado de diversión, parece que también aquí se produce una cierta elegancia de trato entre lo que se debe decir y cómo decirlo, e igualmente en oír».(Ética a Nicómaco IV, 8) El descanso es una actividad lícita, y aun necesaria, no tanto como fin en sí misma, sino ordenada a la acción.

Santo Tomás ilustra la conveniencia del ocio con una historieta que toma de las Colaciones de los Padres:

«El evangelista san Juan, cuando algunos se escandalizaran de verlo jugando  con sus discípulos, mandó a uno de ellos, que tenía un arco, que tensara una flecha. Después de hacerlo muchas veces, le preguntó si podría hacerlo ininterrumpidamente, a lo que el otro respondió que, si lo hiciera así, se rompería el arco. San Juan hizo notar entonces que, al igual que el arco, se rompería también el alma humana si se mantuviera siempre en la misma tensión».(S.Th., II-II, q.168, a.2co. El ejemplo lo toma de Casiano, col.24 c.21: ML 49,1312.)

HILARIO ATANASIO DESARRIANO


Sayago
Montevideo
 Uruguay

Junio de 2020

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