“[…] la Reconquista
de Buenos Aires fue exactamente el 12 de
agosto de 1806 […] En esta contienda justísima se aúnan providencialmente
nuestras tradiciones hispánicas y criollas, así como se abrazan lo teológico
con lo épico, la Fe con la milicia, la genuina política con la verdadera
Religión. No se quiere ni se sabe advertir que se trató de la primera y grande
epopeya del siglo XIX, ejecutada explícitamente en honor de la Cristiandad. Las
Dos Ciudades se enfrentaron, y no era sólo Londres la una y Buenos Aires la
otra, sino la Ciudad de los Hombres y la Ciudad de Dios […]”
“Los nombres y los
hechos que aquí se retratan, gozan de documentada veracidad […] existieron –y eso
queremos enfatizar- esos personajes que hoy, ganados por el prosaísmo y el
espíritu de cálculo, más nos parecen salidos de la leyenda que de la historia.
Existió una mesonera que increpó la pusilanimidad de quienes entregaron la
plaza invadida, una esposa tucumana que recogió el fusil del esposo muerto, un fraile que se negó a cohonestar la
ubicuidad del obispo […]” (Antonio Caponnetto, “Poemas para la Reconquista”).
FRAY NICOLÁS DE SAN MIGUEL
Todo lo humano prometió el
inglés,
comercio franco, libertad de
cultos,
para el tráfico abierto más
indultos;
vanidades, diría el
Eclesiastés.
Medrosos los del clero, aunque
tal vez,
ganados por errores inocultos,
los talentos entierran, y sepultos,
al invasor rindieron su doblez.
Curas y Obispos juran
obediencia,
ante el cruel bucanero que
reclama
servilismo a su rey, Jorge
Tercero.
Sólo un varón le niega su
presencia.
Fray Nicolás de San Miguel se
llama
Tiene listo el rosario y el
acero.
Envío
Servidor de cristiana reyecía
Capellán de los monjes
bethlemitas,
donde estés, en un cielo de
ermitas
Contagia de valor la clerecía.
Antonio Caponnetto