Por JORGE LÓPEZ
No
temas al dolor, teme la ira de Dios.
El
dolor puede ser tu mejor amigo, un camino a la salvación, la ultima ayuda que
se te brinde.
Dice San Alfonso que hasta el último segundo de vida puedes arrepentirte y ser salvo, luego de la muerte ya no hay oportunidades, el Juicio de Dios es irrevocable.
El
demonio príncipe de este mundo y más astuto que el más astuto de los hombres ha
ido socavando, disminuyendo y eliminando
todas aquellas posibilidades y herramientas que le permitieran al hombre salvar
su alma.
La
eutanasia es uno de sus grandes logros. En este mundo hedonista nadie está dispuesto a sufrir, a soportar una
cruz en estoico silencio. De todas las cosas que podemos hacer y ofrecer al
Señor, al decir de San Alfonso- "por
vidas tan llenas de pecado"-, una de ellas, y
que puede significar nuestra redención, es padecer la cruz de la enfermedad en
digno silencio. Esto puede ser la diferencia entre el cielo y el infierno. Y el
demonio lo tiene muy claro, por eso disfrazado de falsa piedad humana, te dice
que no tienes que sufrir, que eso es innecesario, que sufres y haces sufrir.
Pero en realidad te salvas y puedes estar salvando a otros que amas.