Por BRUNO ACOSTA
Decíamos hace algunos meses que la fiesta de la Navidad está “olvidada”, en camino de desaparición. No es de extrañar puesto que la sociedad occidental no es ya católica –ha apostatado- y ni siquiera la Iglesia –si se nos permite- es “Católica”, sino otra cosa: pachamámica, new age, humanista y naturalista, quizá.
Pues bien: algo parecido ocurre con la Pascua. Mas, si bien también, por lo que sosteníamos recién, está en franco camino de desaparición, ésta también –a diferencia de la Navidad- ha perdido sentido, hasta desde el punto de vista pagano. ¿Quién se reúne hoy para festejar la Pascua en familia, aunque sea un festejo del todo laicizado y paganizado? ¿Realmente se siguen deseando con un mínimo de sentimiento y de convencimiento las “felices Pascuas”? La Navidad está todavía adornada con un contorno de jolgorio y de familia, y hay quienes, tomándosela de ese modo, aún hoy pueden festejarla con sinceridad. Nos parece que la Pascua no.
Harían bien las
mercenarias empresas encuestadoras –tan caras a la democacaracia- en preguntar en cualquier ciudad de Occidente –que como
bien dijo Pemán, es el nombre de la Cristiandad sitiada- : ¿sabe Ud.? –o mejor
dicho: ¿sabés vos, qué se celebra en
Pascuas? La respuesta, seguramente, será el silencio o el desatino.
¿Se creerá la
Pascua la Iglesia Pachamámica? Es una pregunta que nos
hacemos con seriedad. ¿Creerá en la Pascua aquél que predica que la “fraternidad” masónica es “ancla de salvación”? ¿Cómo puede predicar quien no cree? La
operación sigue al ser. Es imposible.
A resultas, por lo
que venimos diciendo, probablemente el espíritu de la Pascua –al menos, el
tradicional- estará presente este domingo a cuentagotas. En el resto de la “Cristiandad
sitiada”, habrá silencios, olvidos, indiferencias o “Pascuas” absolutamente
privadas de sentido.
Confirmando esta línea argumentativa, nos llega la
siguiente noticia: Los obispos italianos invitan a cantante LGBT a
actuar en la Plaza de San Pedro el lunes de Pascua ante una audiencia de 60.000
adolescentes.