Por JORGE LÓPEZ
No entiendo a esos hombres ucranianos corriendo tras un
balón mientras en su país quizás sus vecinos, amigos, familiares deban estar
corriendo con tanques por detrás.
Por estos días pudimos ver a la selección de Ucrania disputar frente a su símil de Escocia, una de las últimas plazas disponibles para el mundial de Qatar. La FIFA que opera en favor de la propaganda pro-OTAN, ha expulsado a Rusia de la competición y ha hecho campaña en favor de la causa de Ucrania usando propaganda estática o virtual en las pantallas con logos y colores alusivos a su postura en el conflicto. Porque la FIFA prohíbe manifestaciones políticas en los estadios solo cuando no le gustan, así el jugador italiano fue sancionado por usar el saludo romano, pero los que se hincaban por el BLM eran aplaudidos. Los escoceses no tenían oportunidad, entraron perdiendo, era evidente la presión, quizás hasta los mismos hijos de William Wallace víctimas de la máquina de vomitar mentiras deseaban que su equipo perdiera.
Los
cables y programas deportivos mezclaban el tema político con el análisis del
partido y comentaban que los jugadores declaraban: “queríamos ganar por nuestro
pueblo”-decían que la gente les había pedido que “ganaran por su país”…
Yo
no daba crédito a lo que veía, miles de ucranianos en las gradas del campo de
Glasgow gritando eufóricos porque una pelota tocaba la red….al tiempo que sus
compatriotas en el este del país ven como sus ciudades, sus economías, sus
vidas son destruidas.
Este
es el “patriotismo” de nuestra era, el de este mundo llagado que supura
hediondez.
Todo
valor ha sido subvertido y con pesar constataba como nadie reflexionaba sobre
esto.
“Que
ganaran por su país”: no me creo ni por un segundo que los ucranianos de
Odessa, Mariupol, Kiev, etc. estuvieran pendientes de un partido de futbol
teniendo en cuenta que un misil puede caer sobre sus cabezas en cualquier
momento, mientras sobreviven entre escombros. Pero para un emigrante ucraniano
que vive cómodamente en occidente quizás la perspectiva sea diferente. Lo que
exaspera es la falta de empatía, la desubicación infame, el retorcido concepto
del honor y el patriotismo.
Un
comentario aparte me merecen los jugadores ucranianos :-“Gritaron el himno”-
agregan los noticieros henchidos de emoción, ganaron el partido porque pusieron
un plus.
¿Eso
es valor? ¿Así se sale en defensa de la patria agredida?
Tiempo
atrás vimos como ucranianos valientes, muchos civiles, incluidas mujeres,
algunos profesionales, maestras y deportistas de todos las disciplinas tomaron
un fusil por su país, y eso para mí es patriotismo. Amar la camiseta que te
representa en una justa deportiva está bien, pero para los tiempos de paz, mas
en tiempos de guerra pierde por completo el significado. Alguien me comentaba
que esto era como cuando Maradona dejó a los ingleses fuera de México 86 con un
gol épico, una venganza por Malvinas, y era un pequeño desquite, y era disfrutable
esa victoria sobre los piratas, pero no se compara, porque primero ahora
Ucrania no enfrenta a su enemigo en el campo de juego sino que Rusia ha sido baneado, y en segundo lugar porque
cuando los sucesos del 86 el conflicto bélico entre los hermanos argentino y
los ingleses ya era historia.
Durante
la Segunda Guerra Mundial quedaron pocos hombres con edad para pelear en los
EEUU, por ende las ligas deportivas debían dejar de competir, fue así que
emergió la 1era Liga de beisbol femenino. Si un joven americano se escondía,
simulaba un defecto físico o intentaba desertar para evadir la responsabilidad para
con su país, recibía una pena, pero mucho peor aún era la condena social, se
transformaba en un réprobo, un descastado, muchas veces indigno incluso a los
ojos de sus padres. Los campeonatos mundiales de futbol fueron suspendidos. A
nadie se le ocurrió que era oportuno jugar a la pelota. Me dirán que esto aún
no es una guerra mundial, pues es verdad, pero al menos Ucrania y los que participan de este
conflicto no deberían estar jugando a la pelota. No entiendo a esos hombres
ucranianos corriendo tras un balón mientras en su país quizás sus vecinos,
amigos, familiares deban estar corriendo con tanques por detrás.
Nunca
ha sucedido algo así, recuerdo que la propaganda comunista mostraba al recio
hombre soviético, disciplinado, esforzado, impoluto y versus un hippie de
Woodstock, drogado, ebrio y promiscuo y se burlaba de la “decadencia de
occidente” que iba a sucumbir. Algo de razón había, basta ver lo sucedido en
VietNam.
Creo
que Putin podría estar pensando lo mismo ahora al ver como “Occidente” se
pavonea con victorias de propaganda, ficción y fantasía , mientras en el campo
de batalla Rusia avanza con pie firme.