El Presidente Luis
Lacalle Pou asistirá a la asunción presidencial de Lula da Silva acompañado de
José Mujica y de Julio María Sanguinetti.
Sopesamos cada una
de nuestras palabras. Cada adjetivación no es gratuita, sino estrictamente
aplicada.
El Presidente uruguayo asistirá, pues, muy orondo, a la asunción de un notorio corrupto y delincuente marxista como Lula Da Silva. Ningún mandatario corajudo y sensato debería asistir a la asunción de un personaje tan nefasto. De tal forma, lo legitima, y lo que se debe hacer es deslegitimarlo.
Mas, para peor,
asistirá acompañado de dos hombres tan nefandos como el propio Lula: Julio
María Sanguinetti y José Mujica.
Del primero, habría
mucho, mucho por decir. Daremos algunos ejemplos: fue el encargado,
inmediatamente después de la dictadura, de entregar la educación al marxismo.
Quizás fue esta, en la Historia, la maniobra más grave y con peores
consecuencias para el Uruguay. Porque entregar el espíritu de los jóvenes al
marxismo es pudrir el alma de generaciones enteras. Además, recientemente –por no
abundar- defendió la charla de las “infancias trans” del “Partido de los
colorados”. Este matusaleno es, entonces, además de un zurdo, un pervertido.
Que José Mujica es
un personaje siniestro no lo descubriremos nosotros. Desde sus años mozos fue,
primero, un delincuente común, y, luego, un terrorista tupamaro. Pero por dar
un ejemplo que condensa la destrucción que propinó este hombre cuando fue
Presidente, fue el encargado de promulgar las tres leyes más terribles de los
últimos tiempos: el “matrimonio” igualitario, la legalización de la marihuana y
el aborto. Es inconmensurable el daño moral que estas tres seudo leyes injustas
han causado al Uruguay.
Probablemente,
Sanguinetti y Mujica estén entre los tres peores personajes de la Historia del
Uruguay, acompañados por José Batlle y Ordoñez. El “cuquito” Luis Lacalle Pou, pues,
a más de inmoral como todos los gobernantes democráticos –tal cual se está
demostrando con los casos Astesiano y Marset- es un imprudente que asistirá a
la asunción de un energúmeno acompañado de otros dos ciclópeos energúmenos.
En franca oposición a lo que sostenemos desde estas
páginas, el “Cardenal” Sturla declaró: “Me encanta que el Presidente haya invitado a Mujica y
a Sanguinetti a la asunción de Lula”
(Subrayado, 25 de diciembre).
En este caso, no adjetivaremos.
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